ABORTO LEGAL, JUSTICIA SOCIAL
04 de febrero de 2021
La madrugada del último miércoles del año 2020 será recordada no solo en nuestras pequeñas e insignificantes vidas sino en la existencia de un pueblo que lucha convencido para les que vendrán.
Por Jesica Gindin
La aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo el día 30 de diciembre del año anfibio que dejamos atrás, marcó un hito histórico en la lucha por los derechos humanos y la libertad de las personas. El feminismo como movimiento crítico instaló en la agenda política una reivindicación que era una deuda de la democracia. Abortar era tabú, vergonzoso, criminal y amoral. Lo corrimos de ese lugar y lo colocamos en la mesa de desayuno, almuerzo o cena. Todas conocemos alguna mujer que realizó esta práctica en soledad, con miedo o asistida por sus amigas. Recuerdo ver en los ojos la desesperación y la angustia. Acompañé muchas mujeres y compañeras de militancia, fui intermediaria como muchas, compartiendo el contacto de las socorristas para dar con información segura y confiable: abortar con pastillas en la casa. Era toda una osadía conseguir una receta de Misoprostol para comprarlo en la farmacia y realizarlo en la CLANDESTINIDAD e ILEGALIDAD de nuestra norma jurídica. El sentimiento común: el deseo de no ser madres. ¿quién determinaba que debía serlo? ¿el Estado? ¿la sociedad? ¿la iglesia?¿la costumbre? Transitar por esa decisión siempre fue dolorosa. ¿Las razones? Múltiples. La sororidad siempre estuvo organizada y el movimiento argentino de mujeres y disidencias es un ejemplo de lucha tenaz y elocuente. Desde hace tiempo, los ojos del mundo nos ven y nuestras hermanas latinas de la Abya Yala saben con certeza cuáles son nuestras realidades católicas apostólicas romanas y la hipocresía que vivimos dentro. ¿Increíble verdad? ¡Qué en pleno siglo XXI no podamos elegir sobre nuestros cuerpos! y sin embargo, para otras sociedades es un derecho conquistado hace más de 50 años. Es emociónate ver la conjunción de generaciones, todes con el pañuelo verde en las mochilas, carteras, puños hasta cochecitos de bebés; símbolo libertario que a su vez, viajó por todos los rincones del planeta para instalarse de forma irreverente. El mensaje: mi cuerpo es mío. Ahora bien, les representantes del pueblo argentino hicieron historia, claro está que no todes. Sin embargo aquellos que votaron en contra serán juzgados por su propia justicia divina. Su Dios no es ni piadoso, ni compasivo ni protege a los pobres ni a los más humildes. Por su parte, lo notable de volver a discutir el proyecto del I.V.E en un año tan complejo y fragmentado se debió a varias causantes: la primera, la no claudicación del movimiento. A pesar de todos los avatares continuamos tramando también en la virtualidad, generando espacios de encuentro y reflexión feminista a partir de lecturas, escritos, pappers, reuniones barriales hasta videos de tiktok etc. La segunda y no menos importante: la decisión del gobierno de Alberto Fernández de discutir el proyecto con sus apartados de modificaciones e intentando buscar nuevos consensos a partir de la figura de los objetores de conciencia. Este punto fue clave. Sabemos que era una promesa de campaña y que se iba discutir en marzo, luego devino la pandemia y Fernández cumplió. El tercer punto: mudar la discusión desde cuando se consideraba vida a concentrarla entre continuar con esta práctica en la clandestinidad que conlleva muertes evitables o legalizarlo desde el Estado y acompañar a las mujeres y personas gestantes que deseen hacerlo. El hecho de incorporarlas honra los derechos humanos de todas las personas para que las diversas identidades de género se sientan incluidas y enlaza con otra ley modelo, la 26.743 sancionada en el año 2012.Cuarto y último punto ¿Por qué se incitó el debate a finales del año pasado? Sabemos que no solo era urgente sino también el presidente necesitaba mantener una aprobación y renovar su legitimidad para les votantes que lo eligieron ¿y el costo político? Está presente, la diversidad de los peronismos son una realidad y las fuerzas profundas conservadoras tanto políticas partidarias como religiosas no se lo perdonarán. Sin embargo y por ello retomo la cita del general “El que quiera conducir con éxito tiene que exponerse; el que quiere éxitos mediocres, que no se exponga nunca; y si no quiere cometer ningún error, lo mejor es que nunca haga nada”. La madrugada del último miércoles del año 2020 será recordada no solo en nuestras pequeñas e insignificantes vidas sino en la existencia de un pueblo que lucha convencido para les que vendrán. El desafío de su implementación será la nueva lid que debamos dar. No obstante, aquel día nos sentimos un poco más libres y felices. Así, fueron y serán nuestros días peronistas.