La mentira es como una mancha de aceite, deja siempre huellas decía Napoleón. A Mauricio Macri la mancha de la mentira no se le borra nunca más. 

El 15 de Noviembre se cumple un año del debate presidencial entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, difundido ampliamente por las corporaciones mediáticas, como testimonio de un republicanismo berreta.

Las mentiras sembradas por Mauricio Macri durante la campaña presidencial pretenden ser enterradas en el subsuelo del olvido.

Doce meses después, las imágenes de aquel debate, el republicanismo por el que se rasgaban las vestiduras, las mentiras sembradas por Mauricio Macri durante la campaña presidencial y el descomunal engaño a la voluntad popular, pretenden ser enterrados en el subsuelo del olvido.

La mentira es una perversa forma de fraude a la democracia. Alguna vez, en pleno saqueo neoliberal, Carlos Menem que había ganado la presidencia prometiendo una revolución productiva y un salariazo para los trabajadores, señaló: “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”. 

Aquellas medidas económicas que condenaron al país a un régimen colonial y a las mayorías populares a la miseria más profunda, quedaron grabadas en la conciencia de millones y millones de compatriotas que padecieron aquel ciclo de ajuste brutal. Si Mauricio Macri en plena campaña presidencial, decía que iba a llevar adelante el mismo modelo económico que la dictadura militar impuso a sangre y fuego en 1976 y que Menem profundizó en la segunda década infame de los noventa, seguramente no lo habría votado nadie.

Prometió que no iba a llevar adelante un ajuste sobre las tarifas, un año después, Argentina incrementó la importación energética y llevó adelante un tarifazo brutal.

En el debate presidencial del 15 de Noviembre, ratificó que su compromiso era generar trabajo. En apenas un año se destruyeron quinientos mil empleos formales y se contrajo de tal forma el mercado interno, que otros tantos perdieron la posibilidad de hacer una changa que les permita llevar un plato de comida a su casa.

Prometió que no iba a llevar adelante un ajuste sobre las tarifas, sino producir más energía. Un año después, Argentina incrementó la importación energética y llevó adelante un tarifazo brutal que pone en jaque al desarrollo industrial y productivo de las pequeñas y medianas empresas, dejando entre la espada y la pared a millones de argentinos que tienen que optar si pagan la luz de su casa o pone un plato de comida sobre la mesa.

Justo ahora que se debate el recorte presupuestario en ciencia y técnica, y que su Ministro justifica el ajuste diciendo que una salida es que los científicos dejen la Argentina. Es un lindo momento para repetir aquel debate, cuando Macri expuso que su principal preocupación era el desarrollo científico. Habrá sido el de las grandes potencias, para quienes decidió gobernar desde el 10 de Diciembre.

Se comprometió a llevar adelante el plan de infraestructura más grande de los últimos cincuenta años, y en apenas uno, hay más de cien mil nuevos desocupados en el gremio de la construcción. Porque no sólo no se generó obra pública nueva, si no que se frenó brutalmente la que estaba en desarrollo.

Negó hasta el cansancio que iba a devaluar la moneda, y produjo un ajuste sobre el bolsillo de los trabajadores del 50% en las primeras semanas de gobierno, cuando Prat Gay celebró con alegría que el valor del dólar se ubicaría en quince pesos, y que ahora sí se podía comprar dos millones de dólares por mes y por persona. Un cínico insulto a las trabajadoras y trabajadores en su propia cara.

Habló de combatir la corrupción, y cada día le aparece un millón de dólares nuevo depositado en cuentas en el extranjero y jamás declaradas en la Argentina. Habló de calidad institucional, de justicia independiente y designó jueces de la Corte por decreto. Anda cuestionando a la justicia del trabajo todos los días por fallar en favor de los trabajadores. Habló de castigar la impunidad, y propuso una ley para garantizarle impunidad a cualquiera que hubiese lavado guita y evadido impuestos, poniendo en jaque la economía nacional, fugándola al extranjero.

Ratificó que su principal promesa consistía en alcanzar “pobreza cero”. En la Argentina de Mauricio Macri, cada día hay más pobres, más desocupados y más miseria.

Habló de defender los derechos humanos, de saber lo que pasó en el pasado (el mismo que dijo no saber cuántos desaparecidos hubo en la última dictadura), y también defender los derechos humanos del presente, encarcelando a Milagro Sala, que no conseguimos que la liberen ni aunque se lo exija la ONU.

Ratificó que su principal promesa consistía en alcanzar “pobreza cero”. En la Argentina de Mauricio Macri, cada día hay más pobres, más desocupados y más miseria.

El 15N algún día será recordado como el Día Nacional de la Mentira. Nunca el blindaje mediático fue puesto al servicio de un candidato presidencial como a Mauricio Macri, que sembró de mentiras la campaña, para arribar a la presidencia y gobernar para el puñado de millonarios que le garantizaron su impunidad.

Hace fraude quien roba un voto en el cuarto oscuro. Pero mucho más fraude hace quien engaña la voluntad popular, miente descaradamente a un pueblo para obtener su voto, y lleva adelante un gobierno que lo condena a la pobreza y la miseria.

El sol no se puede tapar con las manos, y el cinismo y la hipocresía de una mentira tan violenta, no se puede tapar con un diario. Y si no nos crees, acordate de Discépolo, que en su yira yira nos enseñaba que “cuando rajes los tamangos, buscando ese mango que te haga morfar… cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol, verás que todo es mentira". Veras que afuera del peronismo, nada es amor.

                                                 Colectivo de Medios Oveja Negra