Hace 71 años que el peronismo viene surcando la historia de nuestra Patria. Han vaticinado su desaparición, nos han perseguido, torturado, asesinado, fusilado, proscripto, traicionado… Y acá estamos. Seguimos siendo la pesadilla de los vendepatria, la suma de todos los miedos de las minorías que pretenden hambrear a nuestra gente. Estamos convocados en éste tiempo a ser el hecho maldito de la restauración liberal.

Aquel 17 de Octubre de 1945, los fabricantes de dictaduras y los inventores de la democracia condicionada, vieron nacer la experiencia popular más grande conocida por nuestra historia, una demostración inédita de protagonismo popular gestado al calor de una de las virtudes más valoradas por la especie humana: la lealtad.

Lealtad a Perón. Pero también lealtad a los sueños y esperanzas que aquel General había llegado para sacudir desde el sepulcro del olvido al que lo quiso condenar la historia.

Lealtad a Perón. Sí, claro. Pero también lealtad a los sueños y esperanzas que aquel General había llegado para sacudir desde el sepulcro del olvido al que lo quiso condenar la historia. El peronismo trascendió la historia, e incluso a Perón, tan sólo en la medida que logró transformar el valor de su lealtad, al abrazo de las trabajadoras, los trabajadores y los humildes de nuestro suelo a un proyecto político que levantó las banderas de soberanía política, independencia económica y justicia social.

Por eso jamás, ningún ciclo de ajuste, llegó de la mano de un gobierno elegido por el voto popular. Al menos eso ocurrió hasta el 22 de Noviembre de 2015, cuando se impuso electoralmente la más brutal campaña de mentiras y ocultamientos mediáticos conocido en nuestra historia.

Mauricio Macri fue protegido por un blindaje mediático impenetrable, desplegado por las grandes corporaciones de la comunicación. Pero claro, si venís a defender los intereses del 5% que se lleva el 90% de la riqueza de la Argentina, además de un buen blindaje, necesitas recurrir a la mentira para consumar un engaño electoral que hoy no admite ningún margen de duda.

Macri mintió tanto en aquella campaña, que el 15 de Noviembre, fecha en que se desarrolló el debate presidencial, debiera ser considerado “el día nacional de la mentira”.

Macri mintió tanto en aquella campaña, que el 15 de Noviembre, fecha en que se desarrolló el debate presidencial, debiera ser considerado “el día nacional de la mentira”. Y mal que le pese a los que aún siguen presos del odio o el engaño, la mentira constituye un fraude electoral gigantesco.

Dijo que no iba a devaluar, que no iba a imponer tarifazos, que no iba a despedir a nadie y que, muy por el contrario, iba a generar trabajo. Prometió alcanzar hambre y pobreza cero. Estos chetos vendepatria, son un fraude a la democracia Argentina.

La calle irá marcando necesariamente el ritmo en que se cristalice la mentira, aún aquellos que hoy negocian miseria en nombre del pragmatismo, pero pretenden seguir abrazando el valor de la lealtad, deberán aprender las lecciones históricas que les va imponiendo la organización popular.

Aquellos que hoy negocian miseria en nombre del pragmatismo, pero pretenden seguir abrazando el valor de la lealtad, deberán aprender las lecciones históricas que les va imponiendo la organización popular.

Para ellos, quedará el testimonio histórico del primer paro nacional de mujeres, nacido desde la conmoción de un nuevo femicidio, pero gestado desde la enorme voluntad de crecer en organización popular.

Y la organización popular de las mujeres no se amedrenta ni se aquieta, sino que demuestra no estar dispuesta a retroceder un solo paso mientras la opresión patriarcal se siga llevando nuestras vidas. Las noticias de nuestras muertes, bajo el cristal de un periodismo forense que no pocas veces ha gastado más energías en señalar a las víctimas que a los victimarios, fueron una cachetada súbita de fría realidad que culminó en asambleas de mujeres en diversos lugares del país, el pasado jueves mientras caía la noche, donde se definieron acciones concretas para impulsar la toma de conciencia social sobre el grave flagelo al que nos vemos sometidas.

Paramos porque el sistema que nos oprime, mata y encarcela, no puede funcionar sin nosotras.

Es por ello que el miércoles 19 de octubre, las mujeres paramos porque el sistema que nos oprime, mata y encarcela, no puede funcionar sin nosotras. Gritaremos por aquellas cuya voz se ha apagado con la muerte. Llenaremos las calles vestidas de luto, por las que ya no están, pero encendidas de lucha, porque todas unidas triunfaremos.

                                        Colectivo de Medios Oveja Negra