Rotas cadenas: desafíos al sur del Río Bravo
03 de julio de 2018
Editorial radial del 2 de Julio de 2018 del Colectivo de Medios Oveja Negra.
Por Oveja Negra
Al sur del Río Bravo se enterró el fraude electoral bajo una caudalosa corriente de sueños y esperanzas traducida en millones de votos. López Obrador se impuso, finalmente, en las presidenciales de México. Fue la tercera victoria consolidada en las urnas de su candidatura presidencial, pero la primera que no puede ser desconocida por los grupos económicos que controlan los destinos de la segunda potencia poblacional y económica de nuestra América Latina.
El deterioro político de las opciones de gobierno con las que cuentan las grandes corporaciones que operan en México, y el volumen electoral obtenido en las urnas por López Obrador significaron una conquista que no puede reducirse exclusivamente a lo electoral, ni tampoco encerrarse fronteras adentro para análisis exclusivo de la realidad política Mexicana. La victoria de AMLO significa una esperanza para una región en la que se está batallando para enterrar la ofensiva neoliberal que encuentra en el golpismo de Temer y en el engaño electoral de Macri dos, exponentes feroces de la miseria planificada a las que nos pretenden condenar.
En los próximos meses se decide el destino de la candidatura de Lula para recuperar el poder político en Brasil. La postulación presidencial del Partido de los Trabajadores cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo brasileño, pero tuvo que ser lanzada desde una prisión federal por decisión de un puñado de grupos económicos que pretenden apropiarse de los recursos estratégicos de Brasil, y contando con la complicidad de una corporación judicial que intenta enterrar la democracia bajo una apariencia institucional vacía de legitimidad.
Defender la democracia es evitar que la transformen en una farsa. Mauricio Macri alcanzó el gobierno tras haber negado en forma rotunda que llevaría adelante el tridente con el que la ofensiva neoliberal transfiere recursos desde los bolsillos de las grandes mayorías, hacia los balances de algunas pocas empresas: devaluación, endeudamiento y ajuste.
Al cabo de un día de gobierno, comenzó a devaluar la moneda. Dos años y medio después arrastramos una híper devaluación que, lejos de frenarse, se acentúa. Por el camino de destrozar el valor real de los salarios y el ingreso popular, ha facilitado el escandaloso enriquecimiento de los timberos que multiplican sus ganancias con la especulación y la fuga de capitales.
Al deteriorado bolsillo de las argentinas y los argentinos por la destrucción del poder adquisitivo real generado por la inflación acumulada y la imposición de techos a las paritarias, se le suman las consecuencias de un brutal ajuste sobre el Estado Nacional, la producción y la industria que empujó a la desocupación a cientos de miles de compatriotas. Ajuste que trajo tarifazos, negados durante la campaña electoral pero que hoy son defendidos como la principal política de gobierno en materia energética.
El presidente del Banco Central, y amigo personal de Macri, reconoció que lo mejor que le había pasado a la Argentina es la crisis cambiaria que profundizara el ajuste, porque esa crisis nos permitió volver a acordar con el Fondo Monetario Internacional. La política de gobierno de acelerado y feroz endeudamiento externo, se agrava profundamente con el crédito contraído con el FMI y condiciona los destinos económicos del país por décadas.
Con brutal cinismo esbozan una respuesta ante el acelerado deterioro de la legitimidad del gobierno. Así, la comunicación oficial expresada por las corporaciones de la comunicación, intenta esbozar como única autocrítica no haber explicado lo suficiente las condiciones en las que le tocó asumir a Macri su presidencia.
De los creadores de la “pesada herencia”, de los fabricantes virtuales de una crisis inventada, de los teóricos del ajuste indispensable para que la economía crezca, ahora llega el “no explicamos bien las cosas”, como pretendido argumento para justificar las imperdonables condiciones de dependencia económica a la que nos están sometiendo.
En simultáneo, los mismos grupos económicos de la comunicación que fabricaron noticias falsas durante los últimos cuatro años de gobierno de Cristina Kirchner, que sembraron odio en una porción de la sociedad que hoy sufre las consecuencias del gobierno que lograron imponer, pretenden erigirse ahora como gendarmes de una formalidad democrática a la que sólo respetan si engorda los balances de sus empresas, o que sólo ofrecen como futuro, si tiene un destino alejado de la efectiva voluntad popular.
Ahí están, protegiendo la institucionalidad del saqueo, mientras intentan que todo el costo de la miseria sembrada lo asuma la política como herramienta de transformación de la realidad, mientras pretenden que la alternancia de un gobierno que se cae a pedazos la asuma una versión del peronismo que se sienta en la mesa de los grupos económicos a compartir negocios.
Cada día que pasa con Macri en el gobierno la democracia se deteriora un poco más y la mayoría se vuelve un poco más pobre. Cada día hay cientos de desocupados y desocupadas que no ven en el horizonte la posibilidad de recuperar un trabajo. Cada día que pasa, la Argentina queda más condicionada económicamente en su futuro. Mauricio Macri es una soga en el cuello de la democracia, es una amenaza decidida para el futuro de los humildes.
El próximo 9 de Julio, en una nueva celebración de nuestra Independencia, tenemos una oportunidad inmensa para demostrar que nuestra Patria no se rinde. Una nueva oportunidad, para que en la calle, se oiga fuerte el ruido de rotas cadenas.