Por Colectivo de Medios Oveja Negra.

La voluntad expresada el 9 de Julio de 1816 tras largos meses de deliberación en el Congreso de Tucumán y largos años de guerra contra el colonialismo y el absoltuismo, implicó un enorme sacrificio popular.

Aquella declaración, muy lejos de lo que enseñan los textos escolares elaborados a espejo de la historia mitrista, sentenciaba la independencia de las “provincias unidas de Sudamérica”.

El sentido de la historia es territorio de disputa entre las clases dominantes y las populares y, en consecuencia, las efemérides históricas son una oportunidad inmensa para abrir el debate sobre los desafíos que tenemos por delante. Así se pensó aquel bicentenario de la revolución de Mayo de 1810, encabezado por Néstor y Cristina Kirchner y con el protagoniso excluyente del pueblo en la calle, celebrando con alegría un ciclo de conquistas populares que honraban el bicentenario de nuestra Patria.

Muy distintas fueron las celebraciones patrias durante el gobierno de Mauricio Macri, intermediario de las corporaciones económicas al servicio del extranjero que se apoderaron de los resortes económicos y políticos del país.

El retroceso feroz de estos casi cuatro años en materia de soberanía política, independencia económica y justicia social, fue tan violento, que nos exige reafirmar el sentido de Patria, porque el Gobierno actual es el Gobierno del Extranjero, son los gerentes de las potencias económicas que pretenden saquear los recursos nacionales, y para ellos, el pueblo constituye un estorbo, y el peronismo, su principal obstáculo.

Son los que allá por 2016, apenas habiendo asumido, eliminaron las retenciones a las agroexportadoras para garantizarles el ingreso de dólares a las cinco cerealeras de capital transnacional.

Son los que apuraron la eliminación de la ley de pago soberano, para correr a los tribunales yanquis a pagarles dólar sobre dólar a los fondos buitres.

Son los que modificaron por decreto la ley de tierras que imponía un límite a la propiedad extranjera de la misma, para asegurarle a los capitales foráneos la posibilidad de apropiarse de nuestros recursos naturales, de concentrar en su propiedad extensas porciones de nuestro territorio nacional y usfructuar en su favor la riqueza de nuestro suelo.

Son los que fueron de rodillas al FMI, generándonos una deuda por generaciones.

Son los que firmaron un acuerdo con la Unión Europea y barajan también un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, cediendo al deseo de las potencias extranjeras de reconvertir nuestro país a simples productores de materias primas, y así poner fin a la industria nacional y al trabajo genuino que estas generan.

Frente a ellos estamos nosotros, un pueblo con memoria colectiva que como tal debe asumir la responsabilidad histórica de luchar hasta alcanzar su definitiva independencia. Este 9 de Julio transcurre en un año que nos coloca frente a la oportunidad histórica de construir una agenda política hacia una definitiva indendencia de nuestra Patria y en consecuencia debemos resignificarlo asumiendo la tarea de tomar lo inconcluso del pasado para darle la forma a una propuesta que contenga a la Patria justa, libre y soberana que soñamos.