MISERIA PRESUPUESTADA
01 de octubre de 2018
"Un presupuesto con ajuste en jubilaciones, pensiones, salarios y asistencia social sin atenuantes. El gobierno intenta que la clase política le convalide su miseria presupuestada". Nota editorial semanal
*Por Colectivo Oveja Negra
En la Argentina, medio millón de trabajadores, se movilizaban masivamente hace una semana dando inicio a un paro nacional cuya contundencia resultó inocultable. En ese mismo momento, Mauricio Macri era premiado en Estados Unidos y lo recibía en una cena de gala la presidenta del Fondo Monetario Internacional. Una auténtica comprobación de aquello que alguna vez dijimos: son el gobierno del extranjero.
Con absoluto patetismo, el Presidente de la Nación celebró un nuevo acuerdo con el FMI que le impone a la Argentina niveles de dependencia extremos a los intereses del poder económico trasnacional. Invitó a todos los argentinos a enamorarse de Christine Lagarde, la presidenta del organismo que mientras cena alegremente con Macri, le exige a Grecia profundizar su política de austeridad, extranjerización de los servicios públicos y venta de territorio nacional como condición para garantizar los acuerdos celebrados.
Los niveles de dependencia alcanzados son tan extremos que la estabilidad en el cargo de un presidente del Banco Central, está atada al resultado de la disputa interna de las bandas que controlan el poder económico en Estados Unidos. Mientras Wall Street y Washington disputan quién se queda con la mayor parte de la riqueza argentina, Luis Caputo -el Messi de las finanzas- debe renunciar a su cargo en el inicio de un paro nacional, mientras Macri visita Estados Unidos para dar gestos de estabilidad y abre paso a un nuevo funcionario que recibe el beneplácito de los organismos multilaterales de crédito.
Si algo hay que reconocerle a la banda que asaltó el Estado Nacional es que son absolutamente previsibles. Cada día que pasa, la Argentina está peor.
Para redondear las postales de la dependencia, Dujovne llevó adelante un anuncio en inglés, en Nueva York y escoltado por Christine Lagarde y una bandera argentina a la que aún se le notaban los pliegos de haber sido doblada para su traslado. Todo esto en apenas una semana, sin ningún tipo de atenuantes. Como sucede con las balas, lo que mata del neoliberalismo, es su velocidad.
Si algo hay que reconocerle a la banda que asaltó el Estado Nacional es que son absolutamente previsibles. Cada día que pasa, la Argentina está peor. Cada minuto, el salario vale un poco menos, los precios están más caros y unos pocos hacen negocios fabulosos con el saqueo que están llevando adelante. Crece el endeudamiento externo, crece la especulación financiera casi al mismo ritmo en que crece la miseria que padecen los que menos tienen.
Aun adulterando los números que marcan el crecimiento de la pobreza, no pudieron ocultar los indicadores. Es más, en su faceta más delirante, el Presidente anunció que la pobreza va a seguir creciendo hasta que se termine su mandato, pero en la misma oración dijo que el objetivo de su gobierno seguía siendo erradicar la pobreza.
El gobierno pretende hacerle creer al conjunto de la clase política argentina que si no se aprueba el presupuestos sugerido por el FMI, la crisis de gobernabilidad inevitable a la que habrán de enfrentarse, será culpa de las fuerzas opositoras del país.
Mientras todo esto ocurre, y las consecuencias inexorables del modelo económico que impusieron empiezan a traducirse inocultablemente como una catástrofe social, el gobierno pretende hacerle creer al conjunto de la clase política argentina que si no se aprueba el presupuestos sugerido por el FMI, la crisis de gobernabilidad inevitable a la que habrán de enfrentarse, será culpa de las fuerzas opositoras del país.
El presupuesto presentado por el gobierno traduce las expectativas de los centros de poder que han financiado la especulación financiera emitiendo deuda externa de manera descontrolada. Hemos escuchado durante meses funcionarios de toda índole preocupados por el gasto público, incentivando despidos y ajustes estructurales argumentando que los gastos enfrentados por el Estado eran el obstáculo principal al que se enfrentaba nuestra economía. Esos mismos funcionarios han situado los intereses de la deuda pública incrementada por ellos mismos como el segundo gasto principal contenido en las metas presupuestarias.
Un presupuesto a la medida del FMI, ocultando una inflación que se paga con el bolsillo del Pueblo, y mejora los márgenes de rentabilidad de los propietarios de dólares
Un presupuesto a la medida del FMI, ocultando una inflación que se paga con el bolsillo del Pueblo, y mejora los márgenes de rentabilidad de los propietarios de dólares, el único bien que la Argentina no produce. Un presupuesto con ajuste en jubilaciones, pensiones, salarios y asistencia social sin atenuantes. El gobierno intenta que la clase política le convalide su miseria presupuestada.
Nuestro pueblo enfrentó con valentía el ajuste previsional del Diciembre pasado, y tiene en este presupuesto una nueva oportunidad para enfrentar los programas de miseria que prepara el FMI para la Argentina.
Nuestro Pueblo que tiene una contradicción clara en esta coyuntura: Patria o FMI.
Las calles moldearán la agenda de nuestro Pueblo y servirá para delimitar el territorio que separa el oficialismo y la oposición. No hay lugar para la especulación, no hay margen para creerles el apocalíptico discurso de presupuesto o golpe. De lo que se trata, es de representar los genuinos intereses de nuestro Pueblo que tiene una contradicción clara en esta coyuntura: Patria o FMI.