TODXS UNIDXS TRIUNFAREMOS
12 de junio de 2017

Se acortan los tiempos para alcanzar definiciones decisivas en una coyuntura electoral que hace tiempo atraviesa el debate interno del peronismo y que habrán de consolidar una propuesta política electoral, que tenga como desafío expresar al Movimiento Nacional y alcanzar una victoria que signifique un punto de inflexión para el avance de la restauración neoliberal.
Dos certezas surcan este tiempo histórico. Nos enfrentamos al gobierno de los ricos para los ricos. Un gobierno que representa sin mediaciones los intereses de una alianza compleja entre los sectores agroexportadores, el capital financiero, las potencias extranjeras, las corporaciones de la comunicación y los grupos económicos locales que pusieron sus gerentes al servicio del desmantelamiento del Estado.
Un gobierno para la transferencia de recursos desde los trabajadores hacia los empresarios, de negocios rápidos para empresas amigas, de profunda indiferencia social y tozudo dogmatismo neoliberal en su aspecto económico. Flexible en su comunicación cínica e hipócrita, pero no por eso menos efectiva, que le permitió alcanzar el gobierno con la mayor estafa electoral desde el retorno de la democracia hasta nuestros días.
Nuestra segunda certeza afinca en la vitalidad de un peronismo vertebrador de una alianza de sectores que componen el extenso Movimiento Nacional, que mantiene intacta la voluntad militante que motorizó en estos quince meses, un testimonio enorme de lucha y movilización popular frente a las políticas de ajuste y saqueo que componen la agenda cotidiana del gobierno.
La batalla electoral que se aproxima tiene el desafío de cristalizar la unidad del peronismo, la conducción política de Cristina y la decisión del pueblo de enfrentar las políticas de ajuste y miseria que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.
Un peronismo que, en su enorme mayoría asume la conducción política de Cristina Fernández de Kirchner como síntesis del altísimo piso de conquistas populares alcanzado durante los doce años y medio al frente del gobierno, y que tiene como enorme desafío recuperar la adhesión popular que le permita sintetizar en agenda e iniciativa, el conjunto de demandas populares que surcaron las rutas y las calles de la Argentina en este año y medio.
La batalla electoral que se aproxima tiene el desafío de cristalizar la unidad del peronismo, la conducción política de Cristina y la decisión del pueblo de enfrentar las políticas de ajuste y miseria que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.
Unidad del peronismo para vertebrar al Movimiento Nacional. Los escenarios electorales debieran ofrecer una respuesta a las necesidades de una fuerza política en la coyuntura que enfrenta. Los armados de una alianza o de una lista no atienden a la vocación narcisista o el capricho individual de uno u otro candidato. Menos aún, debieran aportar a fortalecer el debilitamiento de su propia fuerza política.
Por eso el peronismo necesita una lista única que refleje la unidad necesaria para construir una victoria en octubre en la provincia de Buenos Aires. Ninguna fuerza política de la Argentina competirá internamente en las PASO en el distrito electoral más grande de nuestro país. En ese contexto, el peronismo no debiera malgastar dos meses de vidriera electoral, debatiendo en la página de los diarios y los portales de noticia quien conduce o quien acompaña.
El peronismo debe depositar el máximo de sus esfuerzos en construir una propuesta electoral, cargada de iniciativa legislativa, que se ofrezca como herramienta para frenar el ajuste que el gobierno amenaza con profundizar.
Cristina es quien sigue constituyendo la suma de las pesadillas de los poderosos que hoy gobiernan.
Por eso la unidad tiene un desafío aún mayor. Reflejar la conducción política de Cristina Fernández de Kirchner, lo que se materializará con su candidatura. Cristina es quien expresa el punto más alto de conquistas alcanzadas en nombre del peronismo al frente del gobierno, capaz de transformar en votos la adhesión popular que sigue generando un tiempo mejor, que aún se encuentra fresco en la memoria colectiva. Es quien sigue constituyendo la suma de las pesadillas de los poderosos que hoy gobiernan.
Por fuera del microclima en que se enfrasca la clase dirigente, abajo, en el recuerdo de un pueblo memorioso, en el dolor de los humildes que pierden el laburo, en el corazón de ese peronismo no tan racional ni teorizado que consumen los portales de noticias, sucede algo que la sobreinformación esconde. Lo que está pasando abajo es que hay una expectativa de volver. De volver a soñar, a sentirse protagonista de la historia, a tener la esperanza de poder salir adelante con dignidad.
Lo que está pasando abajo es lo mismo que está pasando por las entrañas de la movilización popular. Hay mucha más información del futuro en los nervios de los que luchan, que en las sienes afiebradas de los que se resignan en el altar de la especulación. Los de abajo, los que la están pasando para la mierda, andan necesitando que alguien se plante frente a los vendepatria, que sea capaz de ponerle un freno a los miserables que gobiernan la Argentina, que pueda transformar el dolor en la esperanza de volver a ser gobierno.
Ahí está el desafío. Con Cristina, organizarnos para volver.
Colectivo de Medios Oveja Negra