PROSCRIBIR A CRISTINA, ES CONDENAR AL PUEBLO
18 de septiembre de 2018
Aquel odio que desataron contra Perón y nuestro pueblo, es el mismo que hoy lleva adelante el gobierno nacional con su programa de exclusión, pobreza, miseria y desocupación. Editorial de la semana, lunes 17 de septiembre de 2018.
Por Colectivo Oveja Negra
Todavía se podía sentir el olor a pólvora que dejó el bombardeo gorila a Plaza de Mayo, cuando el levantamiento de un sector militar ponía en jaque el gobierno popular de general Perón.
El odio desatado contra el pueblo trabajador, es directamente proporcional a las conquistas de la revolución nacional justicialista. Cada vez que la Argentina generó procesos de mayor autodeterminación en sus decisiones estratégicas, no tardaron en oponerse las elites que históricamente han concentrado el poder económico, la propiedad de la tierra y las empresas estratégicas de nuestro país.
Desprecian profundamente que los trabajadores y trabajadoras, lxs humildes y pobres de nuestra tierra conquisten derechos. Que los sectores populares puedan construir su futuro dignamente. Que puedan ser parte activa de la vida social, económica, política y cultural, que tengan acceso al esparcimiento y al ocio. Sencillamente, que puedan ser más felices.
El 16 de septiembre de 1955 se interrumpe un proyecto político orgánico de integración nacional, profundamente popular y revolucionario. Fue la interrupción de un proceso de acumulación histórica que encontró su representación y materialización en las transformaciones llevadas adelantes por el peronismo.
Nada se puede comprender en el devenir histórico nacional, si no tenemos presente lo que significó el golpe del 55 y la revancha oligárquica. De allí en más, comienzan las batallas por el sentido histórico de la revolución inconclusa.
Nuevamente, con el mismo odio, podemos ver cómo las corporaciones económicas y los sectores dominantes intentan proscribir la voluntad popular, persiguiendo a los principales líderes en América Latina. Pasa en Brasil, en Ecuador, en Venezuela. Pasa con todos aquellos que no están dispuestos a someterse a los dictados del poder financiero internacional. Aquel odio que desataron contra Perón y nuestro pueblo, es el mismo que hoy lleva adelante el gobierno nacional con su programa de exclusión, pobreza, miseria y desocupación.
La transferencia de ingresos y el ajuste quedó plasmado nítidamente en el proyecto de presupuesto que presentó el macrismo en el Congreso. La revolución de la alegría, empieza a transitar un camino que pone en peligro la democracia y amenaza con mana dura a aquellos y aquellas que nos oponemos a ser los ansiolíticos del saqueo.
Este gobierno tambalea como una casa sin cimientos, este gobierno se debe terminar lo antes posible por el bien de todos y todas.
Han puesto nuevamente a funcionar el engranaje judicial en contra de Cristina. Los medios hegemónicos que blindan al gobierno, anuncian implícitamente cuáles deben ser los posibles candidatos de la transición.
La salida ordenada del desmadre económico y la crisis política en que inevitablemente va a devenir el gobierno, requieren de una complicidad de aquellos que se han preocupado más en garantizar la gobernabilidad del neoliberalismo que en empujar una alternativa que construya un nuevo proyecto de poder popular.
Es tiempo que no admite dudas. Es tiempo de saber que la única alternativa del campo popular es aumentar los niveles de organización y redoblar los esfuerzos para encontrarnos en una inteligencia común que le de sinergia a la multiplicidad de conflictos que no puede resolver el macrismo.
Debemos ser lo suficientemente capaces de comprender la responsabilidad histórica que nos demanda esta etapa y tener a flor de piel el legado de Evita: "a la fuerza brutal de la anti patria, le opondremos la fuerza del pueblo organizado".
Ilustración: Serko Caricaturas