El tiempo es testigo de las cosas
19 de julio de 2016
El discurso épico de justicia que intenta construir el macrismo en torno a lo que ellos llaman la ¨pornográfica¨ corrupción del kirchnerismo, no tiene otro objetivo que enmascarar y disfrazar la política de ajuste sobre los trabajadores y las mayorías populares.
Por Nicolás Mechetti
Pretenden meter el tractor donde no cabe la bicicleta y para eso trabajan sin descansar los grandes grupos de la comunicación de masas. Las corporaciones mediáticas que vociferan y amplifican las proclamas de los profetas del odio, hace muchos años que viene diversificando sus negocios y encajan como piedra angular dentro del esquema de saqueo que pretenden llevar adelante los grandes capitales en la Argentina.
Quieren pegar la escoria que no pudimos tamizar en años, a los miles y miles de compatriotas que ponen sus pies en el barro todos los días en la construcción de un proyecto político transformador. Quieren asociar lo más nefasto que tuvimos dentro, a la entrega despojada de todo interés ajeno a la construcción de poder popular y mayores niveles de organización de nuestro pueblo. Por eso López.
En estos primeros 6 meses de gobierno neoliberal, el macrismo tuvo que llevar adelante varios movimiento tácticos en la comunicación como parte de la estrategia de invisibilizar los conflictos emergentes producto de las políticas económicas regresivas. Y López, con los servicios de inteligencia le dieron una mano grande.
Más allá de la rocambolesca secuencia de un ex secretario de Estado revoleando bolsos que explotaban de dólares en un monasterio, habría que preguntarse cómo se fueron manifestando mediaticamente una serie de sucesos desafortunados para el gobierno nacional (Panamá Papers, contratos petroleros, tarifazos, disculpas a los capitales españoles de Prat Gay, entre otros). Nada es casual y después de más de una semana de noticias que no conformaban al macrismo y ante el comienzo del tratamiento en la cámara de diputados del engendro de ley ómnibus (que entre otras cosas autoriza la venta de acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad), se articuló lo de López.
¿A usted le parece que esto encaja por casualidad? Pegunta para interpelar a los distraídos que creen en la linealidad informativa y en el pretendido criterio objetivo de algunos medios de comunicación. ¿Esto significa tenderle una soga a López para que amarre por haber sido durante 12 años funcionario? Todo lo contrario. El inefable lopecito tiene una deuda con la justicia por quedarse con recursos públicos. La tendrá con otros fulanos en la medida que aterrice y reparta responsabilidades en el enriquecimiento personal. Con la militancia no tiene ninguna, porque personajes como estos, que le dan de comer en la boca al lobo, no merecen ni justicia. Y con los servicios de inteligencia, difícilmente sepamos con certeza como fue cerrado el teatro de operaciones. “El tiempo es testigo de las cosas” sabía decirme un hombre sencillo.
Corrupción pública, corruptela empresarial. ¿Quiénes financian al macrismo?
Corramos el eje de discusión cuando los buenos ciudadanos, con toda razón del caso, pidan explicaciones sobre la opereta de López. La corrupción política es parte de estructuras que han transitado un largo camino desde la última dictadura cívico-militar y tiene una transversalidad sobre muchos órdenes sociales. A ella no escapan clubes, iglesias, partidos políticos, empresas, asociaciones sin fines de lucro y podríamos extender la lista muchísimo más, pero no es nuestra finalidad. Lo que queremos dejar en claro es que lopecito no representa a lo más legítimo que tuvo el proyecto nacional, popular y democrático que (nuevamente) fue interrumpido el 10 de diciembre pasado: la militancia.
Se olvidan rápido los muchachitos del pro que el señor Fernando Niembro, con la empresa que era de su propiedad (La Usina Producciones), firmó contratos millonarios con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sin encontrar prestación alguna por dichos contratos. Situación por la cual tuvo que bajar su candidatura a diputado nacional. Ángelo Calcaterra, primo de Macri y dueño de un holding de empresas dedicadas a la construcción y los negocios inmobiliarios (entre ellas IECSA y Creaurban), fue uno de los adjudicadores junto a otras tres empresas para realizar las obras de soterramiento del tren Sarmiento, que se estiman en más de 48.000 millones de pesos, entre otras licitaciones a nivel nacional. Su socio y amigo, Nicolás Caputto, es otro contratista de obra pública. Se enriqueció al calor de los jugosos contratos que durante ocho años el gobierno porteño le adjudicó. Sobreprecios, obras cobradas y jamás realizadas, trabajos sin terminar y casi la totalidad de las obras de envergadura de la ciudad fueron para el señor Caputto. Cuando se paro casi toda la obra pública nacional para revisar los contratos, muchos de ellos fueron re adjudicados a “Nicky”, como gustan llamarlo entre íntimos. También es dueño de Mirgor, empresa dedicada entre otras cosas a ensamblar teléfonos celulares a través de la subsidiaria Industrial Austral de Tecnología (IATEC), quien es fabricante exclusivo de los teléfonos móviles Nokia y desde junio de 2014 también ensambla los móviles Samsung. El gobierno nacional anunciara un plan de ventas en cuotas de teléfonos con tecnología 4G, lo que beneficia directamente al amigo Caputto. Recordemos que Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Argentina, fiscalizo para el pro en las elecciones pasadas. Que el ministro de energía Juan José Shell Aranguren lícito la importación de combustible liquido desde Europa y la que se alzo con 7 de los 8 contratos, fue su empresa de bandera Royal Dutch Shell. También licitó en Chile la importación de gas, donde varios de los contratos fueron adjudicados a la empresa de origen del ministro, pagándolo un 128% más que el gas que nos vende Bolivia. Prat Gay es un hombre de la banca internacional, mas precisamente del JP Morgan, pero también administro la fortuna de Amalia Lacroze de Fortabat y es responsable de la fuga de capitales y la evasión impositiva. Mario Quintana es el secretario de Coordinación Interministerial de la jefatura de gabinete. Cuando era director de Farmacity y CEO del fondo Pegasus compró 11,5 millones de dólares a futuro antes de la devaluación. Fue uno de los que decidió una vez en el gobierno, el precio de referencia con el que se iban a cancelar esos contratos.
No alcanzarían las páginas para seguir describiendo a los financistas del macrismo y desde donde traccionan sus recursos.
Esta pretende ser una primera aproximación para cachetear al distraído y correr con la vaina a los moralistas liberales, para los cuales la corrupción solo es política y proviene de los populismos.