El rol de la organización política
08 de enero de 2018
EL ROL DE LAS ORGANIZACIONES (apuntes para el debate)
por Daniel Ezcurra *
1- LAS ENESEÑANZAS DE LA HISTORIA
Si me permiten, voy a compartir una historia de nuestra historia que entiendo útil para contextualizar el tema que vamos a debatir: El fin de semana pasado fui invitado a la inauguración de una Unidad Básica en el partido de Puan y para llegar tomando la ruta 5 pasamos por 9 de Julio. Muy cerca de allí, en el Fortín Loncohué, en la línea de frontera con el índio, llegaba en marzo de 1869 un contingente de 68 entrerrianos enviados contra su voluntad, por órdenes y acuerdos del gobernador Urquiza con el objetivo de engrosar la dotación militar.
Para 1969 el liberalismo porteño ya había derrotado a Urquiza en Pavón, había asesinado cobardemente a Ángel Vicente Peñaloza, había asolado las provincias interiores para imponer a sangre y fuego el credo liberal centralista y se aprestaba a culminar el exterminio del valiente pueblo paraguayo. En ese contexto, pocas semanas después de llegar a Loncohué, los entrerrianos se sublevan intentando fugarse y son fusilados una vez rendidos, sin juicio previo y con el total acuerdo del gobierno nacional encabezado por Domingo Faustino Sarmiento, el civilizador.
¿Por qué traigo este episodio tan lejano de nuestra historia?. Por dos motivos:
Primero: para demostrar que hoy, como hace casi 150 años, los que nos proponen en los discursos y las proclamas paz, orden, República y civilización son la fuente del odio y del dolor de nuestros compatriotas.
Segundo: para prestar la mayor atención al destino de los que representando a las mayorías populares, especulan priorizando su conveniencia individual. Urquiza, derrotado inexplicablemente en Pavón, encarnó un federalismo “razonable y dialoguista” que se recluyó en su provincia haciendo la vista gorda frente a la marcha violenta del liberalismo centralista. ¿Cómo terminó el caudillo entrerriano?; asesinado en su Palacio, rodeado por sus vacas y ovejas, ante la indiferencia de los que antes no dudaban en ofrecer su vida para combatir a su lado frente a los unitarios. Importantes enseñanzas de la historia para contextualizar el tema del rol de las organizaciones políticas.
2- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA EN LOS PAISES DEPENDIENTES
Las organizaciones son un vehículo para intervenir en la confrontación política por conducir el Estado, organizar la sociedad y convertir en hegemónicas las ideas fuerzas que esbozan un proyecto de país.
En el capitalismo central, donde la confrontación entre capital y trabajo se manifiesta en un conflicto de clase contra clase; el Partido político y los Frente de partidos son los vehículos para intervenir en dicha confrontación.
Pero en las sociedades del llamado “tercer mundo”, o “sociedades dependientes” donde la contradicción de clase del capitalismo se articula y superpone con la contradicción entre imperio y nación surgida del hecho de la dominación colonial/imperial; además de los Partidos y los Frentes políticos, aparecen los Movimientos fruto de la necesidad de encolumnar políticamente un amplio sujeto poli-clasista en la defensa de la Nación oprimida.
Los Movimientos policlasistas como vehículos políticos de una amplia diversidad de sectores y actores económico-sociales, son un fenómeno enraizado en la historia latinoamericana y Argentina. El radicalismo yrigoyenista y el peronismo ha sido en el siglo XX y XXI los Movimientos Nacionales a través de los cuales las mayorías populares canalizaron su participación en la disputa por la conducción del Estado y la determinación de los proyectos de sociedad en pugna.
El Yrigoyenismo y el Peronismo como Movimientos excedieron los límites de los partidos que han sido sus principales expresiones electorales en los Frentes Políticos que les permitieron disputar la llegada al gobierno. (Partido Radical y Partido Justicialista).
En ambos casos, es la figura del líder y conductor/a la que permite cementar la diversidad y orientarla en una estrategia de poder. Rubén Drí lo expresó así en una reciente nota: “el Movimiento no tiene contornos definidos como los tiene el partido. Desborda todos los límites como los ríos que salen de madre. ¿Cómo se mantiene unido? Mediante el “liderazgo”. En los Movimientos el liderazgo es fundamental. Si desaparece, el Movimiento queda en letargo, no logra unir los diferentes y múltiples sectores que lo componen. Con el líder, con un nuevo líder, se recompone, vuelve a actuar políticamente, recupera o renueva sus instrumentos para la tarea”.
En el caso del Peronismo, ya su creador puso de manifiesto que la fundación de un partido propio deberá considerarse integrado a una orgánica superior; la del Movimiento, y tendrá una finalidad dentro del mismo, complementaria a la del conjunto direccionado por una misma Conducción Estratégica. Esta es la clave para entender su existencia. No es una forma aislada con objetivos propios. Ni es la conducción del todo ni estará por encima del conjunto del Movimiento.
Así lo expresó en enero de 1949 “El Movimiento Peronista no es un partido político; no representa una agrupación política. Es un Movimiento Nacional; esa ha sido la concepción básica. No somos, repito, un partido político; somos un Movimiento y como tal no representamos intereses sectarios ni partidarios; representamos sólo los intereses nacionales. Esa es nuestra orientación. Nuestro objetivo es –lisa y llanamente- lo que debe ser el objetivo de todas las naciones que luchan por la felicidad de sus hijos y por la grandeza de la Patria.”
El peronismo no es un partido. El peronismo es la experiencia vital de los trabajadores y el pueblo. El peronismo está donde y con quienes defienden esos intereses. Y hoy, aquí y ahora es Cristina quien mejor los expresa.
3- LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA EN EL CONTEXTO NEOLIBERAL
También es necesario señalar que las organizaciones son hijas de su tiempo histórico. Y que como nuestra propia vida, están sujetas a rupturas y continuidades dadas por los cambios de la sociedad. Ni el sistema político ni el mundo del trabajo son los mismos hoy que en el momento de la aparición del peronismo, aunque los partidos y los sindicatos sigan existiendo.
Si la organización es una herramienta, significa que lo es en función de determinados objetivos. Esos objetivos están dados por la ideología y la doctrina (como sistematización de sus principios fundamentales) y determinados por el contexto y la correlación de fuerzas del momento donde debe actuar.
Si bien el objetivo de las organizaciones libres del pueblo es la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, no puede ser igual la tarea cuando la correlación de fuerzas es favorable que cuando no lo es, como en este momento particular de la historia.
Estamos transitando un difícil momento para el pueblo, el proyecto nacional y sus organizaciones. Necesitamos ponerlas a la altura de los desafíos políticos de la etapa. Para eso es vital reorganizarnos con análisis, objetivos, metodologías y espacios organizacionales acordes.
Las respuestas a esos desafíos parten de poder hacernos colectivamente las preguntas correctas. Nosotros nos hacemos las siguientes:
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Nos preguntamos sobre la etapa: ¿Cambiemos ha pasado de una victoria electoral a una victoria política de largo plazo?.
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Nos preguntamos por el Movimiento nacional: ¿Cuál es la política necesaria para cambiar la actual correlación de fuerzas desfavorable al campo del pueblo?
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Nos preguntamos por la organización: ¿Cuál es el rol de nuestra organización en la etapa, cuál es el aporte específico de nuestra fuerza al proyecto nacional y cómo cumplimos con él?.
4- ALGUNOS ELEMENTOS PARA EL ANÁLISIS
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No son un gobierno que llegó al poder. Son el poder que ocupa el gobierno.
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Son un bloque que articula todos los grandes grupos de poder conducido por el capital global de la red de cities financieras.
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Han logrado unificar, hegemonizar y subsumir las alternativas políticas de la derecha y la centro-derecha.
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Son nuestro enemigo histórico dotado de las más modernas herramientas de construcción de sentido.
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La crisis internacional del 2008 les permitió el marco para un ataque sistemático (como en el resto de América latina) al gobierno de CFK y se valieron de los límites de la etapa, las limitaciones políticas y del sentido común, de los errores y de la relativa falta de solidez ideológico-política del movimiento nacional para imponerse electoralmente.
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Vienen a reconfigurar profundamente todas las relaciones sociales.
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Su nivel de concentración política tiene como contracara la dispersión del proyecto nacional.
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Es imprescindible plantear una hoja de ruta para la reconstrucción de mayorías. Esa reconstrucción es un problema de formas, de expectativas, de proyectos, de representación, de acumulación y de conducción.
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En ese sentido hay que pensar seriamente la relación entre la construcción, la distribución y el “consumo” de poder. ¿Generamos poder político o consumimos el que otro construye?
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¿Cuál es el tipo de poder que pretendemos construir como organización para aportar al proyecto nacional y ser parte de su masa crítica?.
Entendemos que las respuestas con colectivas. Nunca individuales. Y que para construirlas debemos generar más ámbitos de intercambio y debate fraternal. Por eso saludamos esta iniciativa.
5- CONCLUSIONES
Entendemos que nuestra sociedad se encuentra dividida en tres franjas político-sociales: Una minoría articulada alrededor del discurso revanchista del gobierno; otra que acompaña a Cristina Fernández como símbolo de un proyecto de inclusión y una franja sin pertenencia fija pero que sintoniza con el discurso del Cambio individual y la meritocracia.
Si esta caracterización es correcta, las organizaciones tenemos tres tareas íntimamente relacionadas pero que necesitan tácticas específicas y marcos de inteligencia y unidad mayores que las actuales: La primera es elevar los niveles de organización, formación y voluntad de intervención del campo propio. La segunda es, con ese capital político organizativo, resistir firmemente el avance del proyecto revanchista. La tercera es articular una eficaz resistencia popular con una política de construcción de mayorías, capaz de influir en esos sectores en disputa que son los que terminan incidiendo en las resoluciones electorales. Y hay una cuarta que es poner todo esto al servicio de la consolidación de un liderazgo político que sea capaz de “cementar la diversidad y orientarla en una estrategia de poder”.
Como podrán ver los desafíos son importantes. Pero estamos en condiciones de cumplirlos, siempre que podamos afirmar en la conciencia colectiva esa gran verdad del movimiento nacional que dice que primero está la Patria, luego el movimiento y por último las mujeres y hombres individuales.
* Militante de Kolina. Historiador. Coordinador General del Centro de Estudios en Políticas de Estado y Sociedad (CEPES)