CON LA PATRIA AL HOMBRO
05 de octubre de 2016
Colombia le agregó una nueva postal sombría al oscuro tiempo que transita nuestra América. Contra todo sentido común, la sinrazón se impuso. Con el resultado del plebiscito arriba de la mesa, cabe la pregunta que nadie sospechó que nos tendríamos que formular: ¿se puede plebiscitar la paz? ¿Si nadie votó una guerra, como es posible someter a consulta la paz, cuando los que ponen los muertos deciden vivir?
Los sectores más reaccionarios de la derecha del continente, impusieron su voluntad guerrerista.
Los sectores más reaccionarios de la derecha del continente, impusieron su voluntad guerrerista. Vinieron a cumplir con el deseo íntimo de la CIA, la DEA y el complejo militar tecnológico de Estados Unidos, que no pudo por su diplomacia acompañar la voluntad de profundizar el conflicto armado y el negocio del narcotráfico que expresaba su aparato económico, pero financiaron la campaña mediática y financiera, que Álvaro Uribe desplegó en soledad política a lo largo y ancho de Colombia.
La miseria es culpa de los hombres miserables, rezaba el candombe de Don Tabaré Cardozo. Uribe piensa Colombia en clave de muerte y miseria, tanto como Macri es el miserable que llegó para condenar a la pobreza y la miseria a las mayorías populares en Argentina.
El rápido montaje mediático desplegado tras el anuncio de los índices de pobreza, redundó una vez más, en el tradicional circo hipócrita con el que nos tiene acostumbrados hace meses la comunicación oficial y el despliegue de sentido transmitido por la cadena corporativa privada.
Macri responsabilizó a la pesada herencia recibida, de los niveles de pobreza que se registra en la Argentina. ¿En qué mundo se explica que, si el gobierno reconoce mayores niveles de desocupación que el registrado en el gobierno anterior, endilgue la cantidad de pobres al gobierno que tenía mayor cantidad de personas trabajando? Algo que solo puede explicarse en el mágico mundo de los marmotas.
Mientras crece en la Argentina el número de pobres, el gobierno sigue engrosando las filas de la desocupación.
Mientras crece en la Argentina el número de pobres, el gobierno sigue engrosando las filas de la desocupación, mientras los jubilados empiezan a verificar que la reparación histórica anunciada, son monedas que sólo sirvieron para convalidar el blanqueo de capitales, mientras los trabajadores cooperativos siguen por debajo del salario mínimo, vital y móvil, mientras las pymes no saben cómo hacer frente al tarifazo y la libre importación, mientras se siguen abriendo comedores y copas de leche, el gobierno pretende vender su política social con un bono de fin de año de 700 pesos. Miserables 46 dólares.
Eso sí, las potencias cerealeras, las mismas que siguen presionando para que el dólar aumente, mientras las corporaciones industriales presionan para que los salarios bajen, siguen apretando los dientes y arrancándole decisiones al gobierno que representa sus intereses. Por eso Macri anunció el plan progresivo de eliminación total de las retenciones a la soja.
Las corporaciones económicas están de fiesta. Una fiesta para pocos, a la que las trabajadoras y los trabajadores no están invitados. Los únicos que no parecen tomar nota, son algunos dirigentes de la CGT que le ponen freno a una medida de fuerza.
Hace muy pocos días, Oveja Negra entrevistó a Sergio Palazzo de la Bancaria, y nos dijo que se viene enfriando una medida de fuerza que hace rato debería haberse tomado. Hoy lo dijo Pablo Moyano, “a esta verdugueada hay que oponerle una reacción” en respuesta a Prat Gay que anuncia una ley de blanqueo, no logra traer un mango y para colmo, en diez meses se le fugan 55.000 millones de dólares; pero tiene tiempo para decirle en la cara al movimiento obrero que “no acordaron nada”.
El paro estatal y docente de la semana pasada, la marcha federal bancaria, y el masivo reclamo de reapertura de paritarias de numerosos gremios en la Argentina, marcan el camino que inexorablemente habrá de transitar el campo popular en los próximos meses, el de volver a traducir el conflicto en la calle, por el camino marcado en aquella gran Marcha Federal.
El paro nacional se empieza a necesitar como el agua, para intentar frenar el avance violento de las fuerzas antipopulares.
La calle es el lugar en el que se pudo construir un freno a la dispersión del campo popular, donde se logró cristalizar los conflictos emergentes de éste ciclo de ajuste y pobreza. El paro nacional se empieza a necesitar como el agua, para intentar frenar el avance violento de las fuerzas antipopulares.
La América con la que sueñan los chetos vendepatria, es la de Uribe ganando una elección convocando a reprimir y aniquilar a las fuerzas populares; es la de Temer con Macri apretando a Venezuela para flexibilizar el Mercosur.
La Patria Grande con la que seguimos soñando, es la que permite el encuentro de Cristina con Correa, la de Evo dando batalla, la de Cuba insistiendo con la paz. A la Patria con la que soñamos le sigue corriendo sangre por las venas. Es la Patria que nos convoca a luchar y resistir. Nos lo dijo Francisco, a ponernos “la Patria al hombro”.
Colectivo de Medios Oveja Negra