Por Oveja Negra 

El 25 de Mayo de 1810 las mujeres y los hombres que habitan este suelo fueron protagonistas de la gesta revolucionaria que marcara a fuego los destinos de nuestra historia. Con la vocación de sintetizar siglos de resistencia y años de organización popular, constituyeron una Junta que reflejara la unidad necesaria para vencer al Virrey.

No se trataba, tan solo, de deponer al delegado de la Real Hacienda. Se trataba de enterrar el modelo colonial impuesto por la metropoli extranjera. Se trataba de abandonar la dependencia política, dejando de recurrir a la Casa de Contratación y el Consejo de Indias. Se trataba, en definitiva, de sepultar aquel modelo que nos condenaba a ser un país proveedor de materias primas, receptores de manufacturas provenientes de otras latitudes. Se trataba de defender y organizar un Pueblo ansioso de construir un destino común de Patria.

208 años después, una vez más, la Patria está en peligro.

Sabemos de qué se trata el nuevo Grupo de Lima, encabezado por Macri, Temer, Peña Nieto y los mismos presidentes de la región que enterraron la UNASUR. Los mismos que alcanzaron por el camino del golpismo, la mentira o el fraude sus mandatos y hoy pretenden condenar la democracia bolivariana y el legítimo triunfo de Nicolás Maduro. Son los protagonistas de un nuevo Plan Condor en nuestra Patria Grande, que intenta sepultar las aspiraciones populares de un continente con justicia social, para entregar sus riquezas al servicio de las potencias extranjeras.

Sabemos de qué se trata el acuerdo con el FMI al que nos empujó la restauración del colonialismo llevada adelante por el gobierno de Mauricio Macri y la banda de gerentes que asaltaron el Estado nacional para poner la riqueza de nuestra Patria, al servicio de las corporaciones económicas que representan.

Son las mismas recetas que le han ofrecido desde siempre un destino miserable para las mayorías populares. Es la restauración plena de un modelo de ajuste sobre el bolsillo de trabajadoras y trabajadores, de jubiladas y de jubilados. Un modelo en el que la salud y educación públicas constituyen un gasto, y no un derecho. Un modelo en el que las pibas y los pibes se pueden cagar de hambre en merenderos o comedores populares, pero jamás los balances de las grandes empresas pueden dejar de registrar ganancias.

Sabemos de qué se trata la Deuda Externa. En dos años y medio el gobierno de Mauricio Macri contrajo 200.000 millones de dolares de deuda, hipotecando nuestro futuro a manos de los peores usureros de la historia, mientras nuestro pueblo no ve un mango de la guita. Miles de millones de dolares contraídos en deuda y profundizan el ajuste con el chamuyo del déficit fiscal. Imponen un tarifazo impagable, con el chamuyo de que no es caro y que se están haciendo inversiones. Miles de millones de dolares y cierran escuelas y guardias médicas.

El endeudamiento externo es un cáncer para los humildes que terminan garpando con el sacrificio de los ajustes los intereses usurarios de una guita que jamás vieron, sencillamente, porque se la usa para garpar el enriquecimiento escandaloso de la timba financiera.

En muy pocos días, las corporaciones agroexportadoras, los bancos y las multinacionales hicieron un negocio usurero con la devaluación de la moneda. Las mismas empresas que tienen libre disponibilidad de sus ganancias para girarlas a sus casas matrices, usan los altos margenes de rentabilidad para apostar a la timba del dólar, al negocio de la LEBAC o a la emisión permanente de bonos de todo tipo.

Sabemos de qué se trata, porque este modelo no cierra sin imponer un pensamiento único que legitime el ajuste y sin la persecución política de los dirigentes populares o la represión sobre la bronca popular que despiertan. La democracia se debilita cuando las voces sublevadas a la colonización del sentido común son silenciadas, cuando la comunicación popular es perseguida y la hegemonía cultural la imponen los grupos económicos.

La democracia está en peligro, cuando oponerse a los programas de miseria es razón suficiente para ser perseguido, encarcelado, reprimido o asesinado. Cada minuto que pasa en la Argentina con presos y presas políticas, la democracia es una impostura que duele en las entrañas de quienes sufren la injusticia.

Sabemos de qué se trata cuando los pueblos no pueden encontrar en el camino de la unidad la fortaleza de su lucha. Sabemos de qué se trata que nos arranquen la política como herramienta transformadora de la realidad. Sabemos de qué se trata esa búsqueda incansable del poder económico y las potencias extranjeras de intentar poner a un pueblo de rodillas.

Este 25 de Mayo la historia nos convoca a un nuevo Cabildo Abierto. Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla.

Somos un pueblo digno, con mucha memoria. Sabemos de qué se trata, el colonialismo neoliberal solo puede ofrecernos un destino miserable para las mayorías populares. Necesitamos enfrentar al gobierno de Mauricio Macri, por el camino de la democracia, en las calles y en las urnas.

Necesitamos forjar la unidad necesaria, para construir definitivamente la Patria que soñamos.