UN MES SIN SANTIAGO MALDONADO
02 de septiembre de 2017
Hace un mes que Santiago Maldonado fue visto por última vez en el LOF Cushamen. Hace un mes que Santiago Maldonado estaba sobre la ruta reclamando por la libertad de Facundo Jones Huala. Hace un mes que Santiago Maldonado fue reprimido por órdenes expresas del jefe de gabinete de Patricia Bullrich, Pablo Noceti. Hace un mes, Santiago Maldonado fue subido a un móvil de gendarmería nacional. Desde entonces, no aparece.
Hace un mes que Santiago Maldonado está desaparecido.
Su rostro recorriendo el mundo, la enorme movilización popular, los testimonios del dolor de su familia, las pruebas reunidas en la causa y silenciadas por el gobierno y los medios de comunicación, son testigos incómodos de la noche oscura que pretenden reinstaurar sus captores, sus mandadores y aquellos que se esconden en los intereses que defienden su desaparición, como una consecuencia necesaria para conservar sus privilegios.
Alguna vez en la Argentina, las recetas de Raúl Prébisch precisaron los métodos de Rojas y Aramburu; así como las recetas de Martínez de Hoz precisaron los métodos de Videla, Massera y Viola para imponerle al pueblo un modelo de miseria planificada. Los que se beneficiaban ayer, ellos sí, son los mismos que se benefician hoy. Apenas un puñado de grupos económicos de los cuales viven y se enriquecen algunas pocas familias.
El gobierno de Mauricio Macri ha encarcelado dirigentes populares, ha perseguido políticamente un liderazgo respaldado por millones de compatriotas como es el de Cristina Fernández de Kirchner, ha perseguido, reprimido y estigmatizado la lucha de una gran cantidad de movimientos populares, partidos y expresiones políticas que ponen en cuestionamiento la sarta de mentiras con la que justifican el brutal ajuste y saqueo que llevan adelante.
Han llegado al límite de pensar que la mejor manera de esconder las consecuencias brutales de una represión, es hacer desaparecer un pibe.
El gobierno por intermedio de la impresentable Patricia Bullrich, ha instalado una idea remozada de viejas consignas. La estigmatización de la reivindicación mapuche, asociándola a la violencia, instalando la idea peregrina del financiamiento externo, llegando al límite de lo ridículo, de presentar unos serruchos y unas boleadoras como armas con las que tienen en vilo a dos Estados Nacionales, pareciera ser su mejor excusa para remozar aquél insultante “¿algo habrán hecho?”.
Cada día amanecemos con una de las habituales operaciones de prensa que llevan adelante el tridente compuesto por el grupo Clarín, La Nación e Infobae. Una auténtica gendarmería mediática, usina de un pensamiento único que legitima los intereses de un puñado de grandes empresas
Las editoriales de los medios que alientan la inteligencia policial, que legitiman la represión, que justifican el odio y la violencia estatal como método de respuesta a los reclamos populares, completan un círculo perverso que está reinstalando el concepto de la violencia como método asociado a la política. Una vez más, quien lo ejerce es el mismo que lo denuncia: los ricos que cada día se hacen más ricos, para disciplinar a los pobres, a los que cada día están condenando a ser más pobres.
El gobierno del dialogo, aquél que llegó para cerrar una grieta en la Argentina, está condenando la matriz cultural de una mayoría social y el pensamiento político de millones de compatriotas, a tener como única respuesta la represión, la persecución y la violencia como única respuesta por parte del Estado. El ejemplo más nítido es resolver con sanciones y policías, la voluntad de exigir en las aulas de los colegios la aparición con vida de un desaparecido.
Gobernar en democracia es un ejercicio más complejo que editorializar barbaridades desde los monopolios mediáticos que operan en su favor, inventar una realidad acomodada a sus intereses económicos, y reprimir, encarcelar, perseguir y desaparecer al que cuestione sus privilegios.
Pero claro, Mauricio Macri ha llegado a la Argentina como mandadero de sus socios económicos. Ha llegado con un objetivo decidido de transferir las riquezas de nuestra Patria a los balances de las empresas que componen una clase dominante y que tributan al extranjero. Para llevarlo adelante, tiene una meta clara: cada día poner más en riesgo la democracia.
Esta democracia imperfecta que hemos abrazado aunque no nos convoque, una democracia imperfecta que intentamos fortalecer con más herramientas de participación popular, y que constituye un objetivo de toda organización en la Argentina como camino para alcanzar mayores niveles de justicia social.
Mejor sería que éste gobierno respetara la república que llegó para defender.
Pero aún mejor, mucho mejor, sería que liberen a Milagro Sala y a todos los presos políticos. Mucho mejor, sería que aparezca con vida Santiago Maldonado.
Nosotros se lo vamos a seguir gritando en la calle, en este día y cada día.
Y ellos seguirán, como lo hicieron a lo largo de la historia, intentando demostrar que la fuerza, es el derecho de las bestias.
Colectivo de Medios Oveja Negra