Murió Pérez Companc, la cuarta persona más rica de la Argentina y dueño del 2% de las tierras del país
25 de junio de 2024
Magnate nacido a la sombra de la Patria contratista y las dictaduras, fue uno de los empresarios más activos del proceso de privatizaciones de la era menemista. Dueño de un bajo perfil, estilo de vida monacal y gran aportante al Opus Dei. Supo aprovechar cada oportunidad para quedarse con bienes originarios del Estado y acrecentar su fortuna sin titubear ni ponerse colorado.
Por Noelia Ferrario
Los orígenes
Gregorio Pérez Companc nació en 1934 y se sumó a la familia en 1946 cuando fue adoptado a la edad de 11, tal como relata Luis Majul en su libro “Los dueños de Argentina II”. “Goyo”, como lo conocían los amigos, egresó del colegio La Salle, y es en esta institución educativa que acaso pueda encontrarse el origen del ferviente catolicismo de Pérez Companc, quien fue hasta su muerte un importante aportante a la Iglesia Católica.
Sus hermanos Jorge y Carlos iniciaron la empresa familiar con una flota de transporte de mercancías, para luego incursionar en el petróleo y fundar la primera petrolera privada del país. Gregorio se sumaría a la empresa durante la década de los ‘60 después de pasar unos años trabajando en YPF.
Tras la muerte de sus hermanos, todos sin herederos, Gregorio quedó a cargo del grupo empresarial que se extendió al área financiera, energética y alimentaria, para formar uno de los grupos empresariales más importantes del país.
La patria contratista
Tras varias décadas dedicándose al transporte de mercancías y, sobre todo, al petróleo, en el ‘76 la empresa familiar dio un salto importante: se hicieron con el paquete accionario de la empresa SADE S.A., incorporándose así al rubro de las obras civiles. Este fue un paso fundamental para el grupo Pérez Companc, ya que a través de SADE S.A. se volvieron uno de los principales grupos empresarios de la llamada “patria contratista”. Así, a costa de negociados espurios con el Gobierno de facto, el grupo Pérez Companc emerge como uno de los principales actores económicos del país.
La década de los ‘80 los vio enriqueciéndose nuevamente a costa del Estado, aprovechando la estatización de las deudas externas privadas. En el caso de los Pérez Companc, la misma ascendía a los 900 millones de dólares. Mientras los ‘80 vieron al grupo aprovechando la época de la ‘plata dulce’ y la estatización de deuda externa privada, los ‘90 lo encontraron beneficiándose del desguace del Estado. Durante la época de las privatizaciones, el grupo empresarial salió victorioso en una gran cantidad de concursos que le permitió hacerse con un importante número de empresas hasta ese momento estatales.
Mientras a principios de los ‘70 el grupo contaba con diez empresas, las mismas se acrecentaron a 53 al terminar la dictadura, 84 con la salida de Alfonsín y 149 para la primera presidencia de Carlos Menem.
El rey de la góndola
Hacia fines de los ‘90 Pérez Companc incursiona en el rubro de las alimenticias, comprando Molinos Río del Plata en el ‘98, el cual pertenecía a Bunge y Born. Esta empresa, a la cual pertenecen muchas de las marcas más importantes del rubro alimentos tales como Lucchetti, Matarazzo, Granja del Sol, Gallo, Canale, Terrabusi, Favorita y La Salteña, estuvo vinculada a la última dictadura cívico-militar. En 2023 (quince años después de su adquisición) se presentaron a la justicia archivos sobre empleados desaparecidos que se encontraron en las instalaciones de la empresa.
A partir de Molinos Río del Plata “Goyo” creó Molinos Agro, empresa escindida de la primera que se dedicaría al campo y que cuenta con un puerto y moliendas propias, permitiendo así la integración vertical en el rubro. Esto mismo es lo que había logrado con la energía eléctrica en los ‘90, rubro en el cual participaba de la producción, distribución y comercialización de la energía.
El adiós
En 2009 “Goyo”, único heredero del grupo Pérez Companc, decidió cederles el mando a sus hijos. Así, el grupo Pérez Companc sigue siendo uno de los mayores formadores de precios en el rubro alimenticio y asociándose a los gobiernos de turno: Luis Pérez Companc, hijo de Gregorio, estuvo presente en actos en apoyo al DNU del gobierno a fines de 2023, y Nicolás Posse, ex jefe de Gabinete fue empleado de Molinos Río de la Plata durante nueve años.
Hoy, despedimos a uno de los emblemas del empresariado argentino, un hombre que supo entablar relación y sacarles provecho a todos los gobiernos de turno (dictaduras o democracias, peronistas o radicales) para acrecentar su patrimonio, el cual llegó a ser uno de los más importantes del país y del mundo.