Manipulación mediática II: Dar forma a la opinión pública
10 de diciembre de 2017
Aportes diarios para pensar los medios y la actualidad
Por Diego Cirilli
Continuamos con las 10 estrategias de Manipulación Mediática escritas por Sylvain Timsit. En la entrega anterior se habló acerca de la estrategia de distracción y la de crear problemas y después ofrecer soluciones. Y te invitamos a mirar críticamente si las encontrabas puestas en práctica en los medios masivos de comunicación.
Continuemos con las estrategias:
3. La estrategia de la gradualidad.
Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir.
Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
Al leer estas estrategias, recordé un cuento muy conocido que lo transcribo para que nos ayude a pensar. Aquí va: Si se echa una rana a una olla con agua hirviendo, ésta escapa inmediatamente y salta hacia afuera. En cambio, si inicialmente en la olla ponemos agua a temperatura ambiente y echamos una rana, ésta se queda tranquilamente dentro de la olla. Y cuando, a continuación, comenzamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona bruscamente sino que se va acomodando a la nueva temperatura del agua hasta perder el sentido y, finalmente, morir literalmente hervida.
Cuántas situaciones sociales que estamos viviendo me trajo a la memoria este cuento. Haga usted este ejercicio y recuerde desde el discurso mediático eminentemente político y anótelas.
Verá que se le agolparán muchas. Y compártalo. En la entrega siguiente, continuamos con las estrategias de dirigirse al público como si fueran niños y utilizar el componente emocional más que la reflexión. ¡Imperdible capítulo!
Fuente: https://theplanetearthblog.wordpress.com