Oveja Negra

La divina comedia


28 de agosto de 2018

Oveja Negra

El periodista y escritor Gabriel Cocimano analiza la fatidica coyuntura que amenaza con transformarse en una caricatura que nos empuja hacia el abismo.

Por Gabriel Cocimano*

A un mes de la fábula de las fotocopias, falta saber si la Triple Entente (gobierno, medios y Justicia Federal) se animará, en su delirante persecución a CFK y el populismo, a cruzar aun más sus propios límites; si la comedia terminará o no minando su propia credibilidad para incidir en la opinión pública (habida cuenta de que existe una ciudadanía más entrenada para dirimir operetas al tiempo que una sociedad a la que el modelo macrista le extirpó su calidad de vida); y si efectivamente esta fantochada contribuye o no a socorrer a un gobierno que empieza a exhalar el ronquido de la muerte, sin más estrategias de redención.

La Argentina blanca se indigna ante la corrupción, como si detrás de la saga de los cuadernos estuviesen Gandhi, Mandela o la Madre Teresa de Calcuta. Asimismo, el circo mediático no parece procurar otra cosa que frenar el éxodo de desilusionados del oficialismo. ¿Podrá volver a enamorarlos con el sainete televisado? ¿O alcanza con el sólo intento de reducir el déficit fiscal, en un modelo únicamente sostenido por la indulgencia externa y el ajuste? Por otra parte, creer que Macri, Bonadío, Magnetto y sus monaguillos son la vara ética de la Argentina para combatir la corrupción es como creer que Butch Cassidy y Billy the Kid hacían beneficencia en el Lejano Oeste.

Si como resultante de esta persecución es detenida CFK, ¿volverán a televisar eclipses, volcanes y huracanes? ¿Cómo ocultar una realidad que ya desmorona cualquier dique de contención? Hace algunos días, hasta los propios comunicadores oficialistas hablaban de un adelantamiento de las elecciones. ¿Estrategia o impotencia? ¿Cómo llegar con el combustible del financiamiento, si hasta ronda el fantasma del default? La reaparición mediática de Eduardo Duhalde por estos días parece un déjà vu de aquellos funestos días de 2001.

La culpa es de la crisis turca, la tormenta de frente, las tasas de interés de la Reserva Federal, la pesada herencia, la cultura nativa de gastar más de lo que se tiene, las trampasde los trabajadores, la sequía, la lluvia, los mapuches, la inmigración descontrolada, el flan casero. No existen responsabilidades del mejor equipo de los últimos cincuenta años: ni del empleado administrativo Dujovne (ya que la economía está en manos de Madame Lagarde y los muchachos de Wall Street) ni del jugador de la Champions League en el Banco Central; tampoco tienen responsabilidad alguna la incompetencia e insustancialidad del presidente Macri ni el modelo económico que él encarna.

Ya no importan la Justicia ultrajada ni la legitimidad de las confesiones de empresarios y ex funcionarios arrepentidos. Sin embargo, los dichos del nuevo chivato estrella, José López, con su misión recaudatoria, intentarán difamar, entre otros, a la Asociación Justicia Legítima y, de paso, ¡al Papa Francisco!. Tampoco importan las torpezas en la desesperación por hallar bolsos, bóvedas, dobles fondos, altillos o buhardillas en donde pueda ser verosímil esconder dinero. Necesitan fotos o imágenes condenatorias. En tanto, el presidente argentino y el líder de Techint pasean por Vaca Muerta con sus conciencias tranquilas porque, a juzgar por la decisión del juez de no citarlos en la causa Cuadernos, seguramente nunca ofrecieron ni cobraron coima alguna.

Mientras se dilata la comedia, sus consecuencias parecen imprevisibles. Los moralistas y justicieros que la ejecutan saben que han abierto una caja de Pandora difícil de desentramar. En su cruzada son capaces de arrastrar hasta a los propios con tal de lograr el objetivo final. El odio irreversible puede depositarlos en alguno de los círculos del Infierno dantesco.

Algo es seguro: no sé si en el Infierno del Dante, pero sus nombres sí figuran en los paraísos fiscales con sus cuentas y sociedades producto, cuanto menos, de la evasión y/o lavado. Los delincuentes económicos de la Patria offshore buscando dinero inmoral ajeno: ¿alguna otra escena más grotesca para describir la caricatura de una Argentina que se hunde en el abismo?


*Licenciado en Periodismo (Universidad Nacional de Lomas de Zamora), ensayista e investigador en áreas culturales.

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